Entre hangares, luces de pista y el eco de motores que anuncian movimiento, Querétaro celebró algo más que un vuelo: la recuperación de un puente aéreo que une dos geografías con vocaciones distintas, pero con el mismo deseo de progreso.
El 4 de diciembre de 2025, despegará nuevamente el vuelo Querétaro–Acapulco, operado por Transportes Aéreos Regionales (TAR). Para el gobernador Mauricio Kuri González, el acto simboliza la confianza y la capacidad de la entidad para seguir conectando al país: “Querétaro no camina, Querétaro vuela”, dijo frente a empresarios y autoridades de ambos estados.
La escena tuvo algo de reencuentro y de promesa. La presidenta municipal de Acapulco, Abelina López Rodríguez, habló con gratitud y emoción: “Esto no fuera posible sin su ayuda; su mano está puesta sobre Acapulco”. En sus palabras resonó el eco de un puerto que se levanta y encuentra en el Bajío un aliado.
El vuelo, que saldrá dos veces por semana, los jueves y domingos, conectará los aeropuertos en apenas una hora con cinco minutos. Más que un trayecto, será una oportunidad para el intercambio de turismo, cultura y comercio.
El director de TAR México, Alberto Chávez Sánchez, definió el proyecto como una muestra de resiliencia: “Conectamos más que destinos; conectamos experiencias y personas”.
El secretario Marco del Prete recordó que el Aeropuerto Internacional de Querétaro vive un momento histórico, con un aumento del 20 por ciento en pasajeros y un cierre proyectado de 2.3 millones este año.
Mientras tanto, Adriana Vega, secretaria de Turismo, habló del sentido simbólico del vuelo: cada nueva ruta, dijo, “es un puente que acerca culturas y multiplica oportunidades”.
En el aire queda la metáfora perfecta: Querétaro no tiene mar, pero su horizonte se expande. Y cada despegue hacia Acapulco no solo lleva viajeros, sino una historia compartida entre dos lugares que apuestan por volar juntos.


