Querétaro sabe de lluvias repentinas. Sabe del rumor del agua bajando por las laderas, del asfalto que se convierte en río y de las noches en que los vecinos se miran con la incertidumbre de siempre. Pero también sabe levantarse.
Por eso, este lunes, el gobernador Mauricio Kuri González y el alcalde Felifer Macías presentaron un paquete de obras pluviales por 450 millones de pesos, centrado en la cuenca del Bordo Benito Juárez, una de las arterias más importantes del sistema hidráulico de la capital.
El anuncio se dio en el auditorio de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, durante el ejercicio “Contigo Informamos”. Allí, Macías habló de ingeniería y prevención, pero también de confianza. Explicó que el plan contempla la construcción del Bordo Cuates II, un puente-alcantarilla en Eurípides, nuevos diques reguladores en Menchaca, y la reconstrucción de la calle Obreros en San Pedrito Peñuelas, con un cajón pluvial que correrá bajo tierra.
Con esas obras, dijo, se busca reducir hasta en 70 por ciento la fuerza del agua que llega a las zonas bajas, para encauzarla hacia el Río Querétaro. Detrás del dato técnico se percibe un propósito mayor: ofrecer a la población la tranquilidad de no temerle al clima.
El proyecto fue diseñado de manera conjunta por la SDUOP, la CEI, la CEA y el municipio. Además, ya hay otras inversiones en curso: 300 millones de pesos por parte del gobierno municipal en drenaje y obras pluviales, y 93 millones del estado en mejoramiento de calles. En total, más de 800 millones de pesos que marcan un esfuerzo inédito de colaboración.
Kuri y Macías coincidieron en que Querétaro es una ciudad que no espera a que pase la tormenta: la enfrenta, la canaliza, la transforma.
En diciembre comenzarán las obras, con una duración de ocho meses. Cuando lleguen las próximas lluvias, tal vez el agua siga dictando el ritmo de la ciudad, pero esta vez, Querétaro estará un poco más preparado para escucharlo sin miedo.


