En el recinto donde la Universidad Tecnológica de Querétaro celebra sus transiciones más significativas, más de dos mil 340 estudiantes cruzaron el umbral que separa la formación académica de los desafíos profesionales. El rector, Luis Fernando Pantoja Amaro, dirigió la ceremonia con un mensaje que reconoció la capacidad de esta generación para enfrentar un mundo dinámico, marcado por cambios constantes. Agradeció a quienes acompañaron el proceso: docentes que guiaron y familias que sostuvieron.
Entre los discursos surgió la voz de Dirian Abril Díaz Esqueda, egresada del TSU en Nanotecnología, área Materiales. Su testimonio no sólo evocó las aulas y los laboratorios, sino también momentos deportivos, intercambios internacionales y experiencias humanas que moldearon una visión profesional más amplia y profunda. Su recorrido es, en cierto sentido, el reflejo del tránsito que viven miles de jóvenes al encontrar forma a su identidad vocacional.
La coordinadora de Educación Superior, Orfelinda Torres Rivera, introdujo una cifra que dibuja el contexto nacional: únicamente 25 de cada 100 niños que comienzan la primaria llegan a concluir una carrera universitaria. En Querétaro, la proporción asciende al 50 por ciento, un dato que acompaña la importancia del logro alcanzado por esta generación.
La ceremonia no fue sólo un acto administrativo, sino un punto de inflexión. Un cruce de miradas, de expectativas y de historias personales que convergen en un mismo momento: el inicio de una etapa que no promete certezas, pero sí oportunidades. Mientras los egresados recibían su reconocimiento, quedaba la sensación de que el paso dado no sólo honra el aprendizaje pasado, sino que abre el espacio para imaginar lo que sigue.


