La mañana del 25 de noviembre se abrió paso en El Marqués con un acto que buscaba más que una conmemoración: aspiraba a convertirse en un recordatorio colectivo. En el municipio, donde las historias de mujeres se entretejen entre trabajo, familia y resistencia cotidiana, el presidente municipal Rodrigo Monsalvo Castelán encabezó las actividades organizadas por el Instituto Municipal de la Mujer, reafirmando un compromiso que su administración ha decidido nombrar en voz alta: garantizar que las mujeres marquesinas vivan libres de violencia.
Rodeado de funcionarias, su esposa Ana María Camacho Arce y la activista feminista Mayra Dávila, el edil habló sobre la necesidad de fortalecer la cultura de la denuncia. En su mensaje, la representación legal gratuita que ofrece el municipio apareció como un puente necesario para quienes buscan apoyo en momentos críticos. La intención: que ninguna mujer enfrente sola un proceso que, de por sí, es complejo.
Monsalvo subrayó que esta causa —la protección y el acompañamiento de niñas y mujeres— es central para su gobierno. Reconoció el trabajo del Instituto Municipal de la Mujer, que no sólo coordina actividades, sino que articula una labor transversal para avanzar hacia la igualdad sustantiva y la erradicación de la violencia.
Recordó que el 25 de noviembre, más que un día en el calendario, es un llamado a la sensibilidad y a la rendición de cuentas. Un recordatorio de que los compromisos públicos deben traducirse en acciones concretas: prevención, atención, apoyo jurídico y un acompañamiento que sostenga a quienes más lo necesitan.
En su discurso, quedó claro que la administración quiere dejar un mensaje: las mujeres del municipio no están solas. El gobierno se propone fortalecer programas, asesorías y acciones que salvaguarden su integridad y contribuyan a una vida plena y libre de violencia.
Durante el acto, se evocó el origen de esta fecha designada por la ONU, cuyo objetivo es visibilizar y combatir la violencia contra mujeres y niñas. En El Marqués, la respuesta se articula a través de acciones integrales que buscan construir entornos seguros y asegurar que la política pública llegue hasta el último rincón donde sea necesaria.
Ese día, al cierre del evento, quedó la sensación de que la lucha continúa. Que cada palabra pronunciada necesita convertirse en acto. Y que, en El Marqués, las mujeres siguen ocupando el centro de una agenda que no admite descanso.


