El cierre de un diplomado que busca afinar la brújula del liderazgo en salud

La sala donde se realizó la clausura del cuarto Diplomado en Dirección en Salud parecía contener una respiración colectiva. No era únicamente el cierre de un curso, sino el momento en que quienes trabajan dentro del sistema estatal de salud hacían una pausa para reconocer un aprendizaje que, más que técnico, pretende ser una forma distinta de mirar su labor cotidiana. Al frente, la titular de la Secretaría de Salud de Querétaro (SESA), María Martina Pérez Rendón, encabezó la ceremonia, acompañada por la presidenta del Colegio de Innovación y Gestión en Salud (CIGES), María Olivia Vega Pérez.

En su mensaje, Pérez Rendón habló de herramientas: aquellas que permiten decidir mejor, administrar con mayor conciencia y comprender que, detrás de cada proceso, existe un propósito mayor. Se refirió al liderazgo como una práctica que se construye día a día, en la relación con los equipos de trabajo y en la capacidad de orientar los recursos hacia donde realmente pueden transformar algo.

Lo que señaló la titular de la SESA no se limitaba a habilidades administrativas. Hablaba también de una vocación, de ese impulso que lleva a quienes trabajan en salud a sostener la responsabilidad de cuidar a una población entera. En ese sentido, el diplomado, dijo, ayuda a reafirmar esa convicción: la de ejercer un servicio público que mira el bienestar desde una perspectiva estratégica, pero que no pierde la dimensión humana.

El diplomado, coordinado por especialistas del CIGES, se convierte así en un espacio donde se reflexiona sobre la estructura que sostiene al sistema de salud. No es un lugar para improvisaciones, sino para reconocer la importancia de la mejora continua, esa disciplina silenciosa que permite que los procesos encuentren su cauce y que las instituciones funcionen con coherencia.

La ceremonia, más que un acto protocolario, simbolizó el paso de una etapa a otra. Cada participante se llevó consigo no sólo un documento, sino la expectativa de aplicar lo aprendido en los entornos donde se toman decisiones que impactan directamente en la vida de las personas. Y así, mientras concluía el evento, quedaba en el ambiente la sensación de que este cierre no representaba un final, sino la oportunidad de iniciar con una mirada renovada el trabajo cotidiano en el sistema de salud queretano.