En las colonias, los parques suelen ser más que un trazo urbano: son puntos de encuentro, pequeñas reservas de calma que definen el ritmo de una comunidad. En Valle Dorado 2000, ese lugar recién nació. Con una inversión de más de 4.3 millones de pesos, el municipio de Corregidora inauguró un nuevo parque que beneficiará a 950 habitantes que, hasta ahora, tenían que recorrer largas distancias para encontrar un espacio similar.
El presidente municipal, Chepe Guerrero, encabezó la entrega y recordó que esta Administración suma ya 10 parques construidos. Su mensaje, más allá de la cifra, apuntó a la idea de cercanía: volver una y otra vez a las colonias, caminar sus calles, reconocer sus necesidades. Habló también del apoyo del gobernador Mauricio Kuri y del diputado Toño Zapata, piezas visibles en la gestión de obras que buscan transformar el entorno inmediato de las familias.
La secretaria de Obras Públicas, Viridiana Nava, enumeró los elementos del parque: una plazoleta que invita a detenerse, una ciclovía que dibuja el movimiento, una explanada abierta a cualquier reunión posible; bancas de mampostería, juegos infantiles, gimnasio al aire libre, trotapista, áreas ajardinadas y un alumbrado que promete extender el uso del espacio más allá de la luz del día. Cada componente parece responder a una misma intención: crear un lugar donde la vida cotidiana pueda transcurrir sin prisa.
En representación de las y los vecinos, Laura Cecilia Salazar agradeció la intervención municipal. En sus palabras se adivinaba una historia más larga: la de una comunidad que esperó un espacio que ahora siente propio. Un parque no cambia una colonia por completo, pero modifica la manera en que se habita. Abre un respiro, ofrece una sombra, construye un punto común.
En Valle Dorado 2000, ese punto ya existe. Y con él, la posibilidad de que la vida diaria tenga un nuevo escenario, uno donde las familias puedan encontrarse y reconocerse bajo una luz distinta.


