En la Sierra Gorda, donde hace unos días el ruido del agua lo cubría todo, hoy se escucha de nuevo el motor de las máquinas y las voces que anuncian paso. Desde Jalpan, el gobernador Mauricio Kuri habló con la presidenta Claudia Sheinbaum para contarle que la sierra empieza a reconectarse: de 108 comunidades incomunicadas, ahora quedan 30.
La lluvia no fue poca cosa: del 6 al 9 de octubre cayeron 217 milímetros. Los ríos crecieron, los caminos se rompieron, los puentes cedieron. Pero también llegaron soldados, ingenieros y cuadrillas que han trabajado sin descanso. En los cerros, los camiones vuelven a moverse; los helicópteros, como aves solidarias, llevan ayuda a Santa María de los Cocos, donde el río impide el paso por tierra.
Kuri habló de ocho municipios dañados, de 340 kilómetros de caminos heridos, del riesgo en Arroyo del Real, donde el río se asoma demasiado cerca de las casas. Pero también habló de avances: carreteras estatales reabiertas, tres puentes peatonales que se repararán pronto, y la luz que ya regresa a casi todos los hogares —solo 22 comunidades siguen sin energía, gracias al trabajo día y noche de la CFE.
La presidenta escuchó, reconoció el esfuerzo y agradeció la coordinación. Más de 13 mil metros cúbicos de lodo ya fueron removidos; la montaña respira.
En cada cifra hay un esfuerzo humano: un cable reparado, una roca apartada, un camino que vuelve a unir a las familias. La sierra no está del todo en calma, pero vuelve a latir.


