El maíz, ese hilo dorado que une la tierra con la mesa, volvió a ser tema en Querétaro. Esta vez, no por abundancia, sino por la urgencia de sostener a quienes lo cultivan. Bajo la instrucción del gobernador Mauricio Kuri, los secretarios Eric Gudiño y Rosendo Anaya anunciaron un nuevo esquema de apoyo para los productores del estado: un respiro en tiempos de incertidumbre.
El mensaje fue claro. “El precio del maíz no es un problema menor”, advirtió Gudiño, recordando que su valor define mucho más que la economía: también la estabilidad de las comunidades rurales y la seguridad alimentaria. En cada tonelada de maíz hay historia, trabajo y esperanza, y el gobierno, dijo, no puede ser ajeno a ello.
El plan, financiado con recursos reestructurados del presupuesto estatal, ofrecerá un incentivo adicional al precio base federal. No es una solución definitiva, pero sí una señal de acompañamiento. Una forma de decir: el campo no está solo.
Anaya Aguilar complementó la visión: fortalecer al productor no es una acción aislada, sino una estrategia constante que se entrelaza con programas como Apoyo al Campo Queretano y Cosechando Contigo. Iniciativas que buscan sostener el ánimo y el esfuerzo de quienes, entre surcos y estaciones, mantienen viva la raíz agrícola del estado.
En los próximos días se detallarán las reglas de operación del programa. Pero más allá de los números y procedimientos, la medida apunta a algo esencial: reconocer el valor de quienes, desde la tierra, alimentan el presente y el futuro de Querétaro.


