En San Pedro Ahuacatlán, la educación respira distinto. No fue una gran obra vial ni un nuevo edificio lo que llevó a la comunidad a reunirse, sino algo más cotidiano y, a la vez, esencial: la entrega de tres módulos sanitarios renovados en escuelas donde cada día se forja el futuro de más de mil estudiantes.
La secretaria del Trabajo, Liliana San Martín Castillo, encabezó la entrega acompañada de Fernando Orozco Vega, director del IFEQ. Juntos recorrieron los espacios del preescolar Francisco Eduardo Tres Guerras, el CONALEP 42 y el COBAQ 10, donde los baños —por años olvidados— hoy son símbolo de dignidad.
“Estos espacios hacen la diferencia en la vida diaria de niñas, niños y jóvenes”, dijo San Martín. No era sólo un discurso: era el reconocimiento de que la infraestructura también educa, que el bienestar se construye desde lo más básico.
Orozco Vega habló de cifras: más de cuatro millones de pesos invertidos para modernizar los sanitarios y asegurar condiciones de higiene adecuadas. Pero detrás de cada peso, hay un gesto de confianza en que el entorno también moldea la experiencia de aprender.
Las autoridades presentes —municipales, educativas, padres y madres— compartieron la misma convicción: que los entornos dignos no son un lujo, sino una forma de respeto hacia quienes habitan las aulas.
En cada lavabo nuevo, en cada azulejo limpio, San Pedro Ahuacatlán celebra algo más que una obra concluida. Celebra la idea de que la educación se honra, también, cuidando los espacios donde crece.


