El eco de las raíces: el COBAQ celebra 26 años de danza y memoria

En Huimilpan, un escenario se llena de color. Las faldas giran, los huaraches golpean la tierra y los violines, como si respiraran el viento serrano, marcan el compás de una historia que el tiempo no ha podido borrar. Así comienza la XXVI edición del Festival de Danza Autóctona, Tradicional y Baile Folklórico del COBAQ, una celebración que desde hace más de dos décadas busca algo más que el aplauso: preservar la memoria.

Más de cien estudiantes y docentes de nueve planteles participaron en la primera jornada, transformando el movimiento en un lenguaje que une generaciones. Detrás de cada paso, hay ensayo, disciplina y una intención profunda: recordar de dónde venimos.

El festival recorrerá Jalpan de Serra, Tolimán y Tequisquiapan, territorios donde las tradiciones no son solo patrimonio, sino una forma de estar en el mundo. Cada presentación es un gesto de resistencia cultural, un homenaje a quienes, desde los pueblos, tejieron identidad con música, con trajes, con pasos que cuentan historias sin palabras.

El COBAQ, a través de este festival, reafirma su apuesta por la educación que trasciende el aula. Aquí, la danza se convierte en una lección viva de comunidad, en un recordatorio de que las raíces no pesan: sostienen.

Entre los giros de una falda y el redoble de un tambor, Querétaro vuelve a reconocerse a sí mismo. En cada estudiante, en cada maestro, en cada nota que vibra en el aire, late la certeza de que las tradiciones no mueren: solo cambian de escenario.