noviembre 14, 2025

Concluyen queretanos su participación en programa aeroespacial internacional

En Houston, donde el cielo parece siempre dispuesto a recordar el peso de la historia aeroespacial, un grupo de 35 jóvenes queretanos cerró un capítulo que, para muchos de ellos, quizá marque un antes y un después. Llegaron al International Air & Space Program (IASP) 2025 con la expectativa propia de quienes buscan comprender el mundo a través de la ciencia y la tecnología; partieron con la experiencia de haber transitado por un entorno diseñado para poner a prueba la curiosidad, la disciplina y la imaginación.

La secretaria de la Juventud, Virginia Hernández Vázquez, viajó para acompañarlos en la última etapa. Su presencia fue institucional, sí, pero también simbólica: la señal de un estado que observa a su juventud y la impulsa hacia espacios donde se cultivan las vocaciones que definen el futuro. En su mensaje, subrayó el talento y el empeño de las y los participantes, insistiendo en que este tipo de programas abren ventanas que amplían no sólo conocimientos, sino horizontes personales.

Durante la ceremonia de clausura, las y los jóvenes recibieron reconocimientos por las actividades que desarrollaron: prácticas de ingeniería, diseño de prototipos, misiones simuladas, ejercicios científicos y proyectos aplicados al entorno aeroespacial. Ninguno de esos procesos es simple. Cada uno exige aprender a colaborar, a cuestionar, a construir desde cero y a aceptar que el error también es parte del viaje. En ese sentido, lo que se llevaron de Houston difícilmente cabe en un diploma.

A lo largo del programa, descubrieron que el espacio no es sólo un lugar distante, sino una aspiración que se alimenta desde el aula, desde los laboratorios, desde las conversaciones entre pares. Y en esa convivencia, en ese intercambio cotidiano, fue tomando forma el verdadero aprendizaje: la certeza de que la exploración —sea científica, profesional o personal— empieza cuando alguien decide mirar más allá de lo inmediato.

La delegación queretana regresará a casa con la misma cantidad de datos y experimentos que de momentos irrepetibles. Para algunos, quizá sea el inicio de un camino más largo; para otros, un primer acercamiento a una industria compleja. Pero para todos, sin excepción, quedará la memoria de haber sido parte de un programa que los colocó frente a posibilidades nuevas. Un recordatorio, quizá, de que el talento también necesita espacio para despegar.