En el aniversario 37 de la UVM Querétaro, un homenaje a la educación como senda compartida

El campus Querétaro de la Universidad del Valle de México celebró 37 años de historia, un tramo que se ancla en los 65 años de vida de la institución en el país. La ceremonia, encabezada por el gobernador Mauricio Kuri González y su esposa, Car Herrera, no fue solo un acto protocolario: se convirtió en un espacio para reflexionar sobre lo que significa forjar destinos a través del conocimiento.

Kuri habló desde la memoria personal. Su mensaje giró alrededor del agradecimiento, al que llamó una forma sencilla y profunda de felicidad. Relató cómo su propia carrera le abrió el panorama hasta llevarlo al lugar en que hoy se encuentra. Y añadió un reconocimiento a las circunstancias —esas fuerzas invisibles que también moldean los caminos— y a quienes acompañan en ellos. En ese tono, cedió a su esposa la presea “Lince de Oro” que recibió por Liderazgo y Legado Universitario 2025, convencido de que ninguna historia se escribe en solitario.

El ambiente, sin embargo, no se construyó solo a partir de gestos simbólicos. Hubo también un reconocimiento al trabajo cotidiano de la UVM. El gobernador subrayó que su administración coincide con la visión de la institución: poner el conocimiento al servicio de objetivos sociales, formar profesionales con sentido de responsabilidad, solidaridad y bien común. El eco de estas palabras encontró resonancia en la comunidad universitaria presente.

La ceremonia fue también un espejo que devolvió la historia de la UVM. La rectora del campus, Miriam Pérez Gutiérrez, recordó la llegada de la institución a Querétaro y la manera en que el estado se convirtió en un territorio fértil, abierto, en crecimiento constante. Habló de una entidad que hoy destaca por su industria, su calidad de vida y su vocación de futuro.

Las preseas “Linces de Oro”, entregadas a estudiantes, profesores y al secretario de Seguridad Ciudadana, Iován Elías Pérez Hernández, como Egresado Destacado, añadieron rostros concretos al relato: personas que desde distintos ámbitos sostienen el espíritu universitario.

En su intervención, Rodrigo Contreras Pérez situó a la UVM en su dimensión nacional: más de 130 mil estudiantes, 230 mil egresados y presencia en 17 estados. Una historia en expansión que coincide con la de Querétaro, estado que el alcalde Felifer Macías describió como territorio donde valores, ciencia y desarrollo avanzan de la mano.

En conjunto, la ceremonia fue un recordatorio de que la educación no solo forma individuos: modela comunidades enteras, une trayectorias y deja huellas que atraviesan generaciones.